Este proyecto nace de un sentimiento, del sentimiento de una familia a esta ubicación, un lugar con muchos recuerdos para ellos, en una casa de segunda residencia de los años 70 la cual necesitaba una serie de actuaciones importantes. La familia entonces decide derruir la construcción y levantar una nueva. El encargo nos generó mucha ilusión al saber del valor sentimental de esta familia.
El lugar es mágico, en un camino de ronda, rodeado de vegetación y piedra, y con unas vistas increíbles, decidimos hacer un proyecto mimetizado con el entorno, de líneas rectas donde la piedra fuese la estrella principal y con la prioridad de que la casa fuese una fuente de luz natural, así lo hicimos pues todas las estancias de la casa incluido el sótano la tienen.
La casa cuenta con una espectacular sala con cocina en un solo ambiente con unas vistas al mar privilegiadas, salida a una terraza con piscina infinity y agua de color turquesa. En el interior se combina la espectacular cerámica Atalaia de Inalco con maderas naturales. En la planta de noche las habitaciones disponen de baño, vestidor y unas vistas increíbles al mar perdiéndose en le horizonte. En el sótano hemos ubicado una gran sala polivalente con salida al jardín y una piscina interior que mira al exterior por un gran vidrio que hace de lámpara de luz natural.
Los exteriores se han vestido con vegetación autóctona, palmeras y plantas de temporada, un oasis en una ubitación de ensueño.